En su último escrito del Diario de la peste Rubén Blades destaca que en julio sufriremos las consecuencias de lo que debió hacerse y no se hizo, tanto por parte del Gobierno, así como de la ciudadanía en cuanto al tema de salud-COVID-19. "Ojalá me equivoque, pero al paso que va la vaina, a fines de mes, temo que estaremos en los 50,000 infectados y 800 muertos, sino más", explicó.
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Piensa que ahora mismo, un "cordón sanitario" debe levantarse, separando al interior de la República de las provincias de Panamá y de Colón, y a Chiriquí del resto del país. Esto ayudaría a evitar el traslado de la infección hacia áreas que aún son posibles de atender, y prevendría el colapso de servicios hospitalarios en sectores que no tienen la capacidad para atender efectivamente una súbita saturación de pacientes y enfermos.
"En Panamá y Colón debe realizarse un "testeo" masivo de la población para identificar a los agentes transmisores asintomáticos, a los que posean anticuerpos y a los que aún no han sido infectados. Con esa información sería más fácil la creación de acciones y estrategias para enfrentar la situación Al presente, las acciones del Gobierno no han resultado suficientes para contener la propagación del virus. Hay que pensar entonces en otros remedios, y hay que hacerlo YA. Es la hora de ser manos y no dedos", comentó.
Falta ver si ahora, con la "apertura por fases", no revierte la masa a las malas costumbres de no hacer caso.
A la politiquería local: dejen de utilizar esta tragedia para su beneficio, sea económico o político. No hagan la tarea del gobierno más difícil con el propósito de hacerse populares y obtener votos en un futuro proceso electoral.